Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer. Si los ciudadanos practicasen entre si la amistad, no tendrian necesidad de la justicia.
Es un principio indiscutible que para saber mandar bien, es preciso saber obedecer. Si los ciudadanos practicasen entre si la amistad, no tendrian necesidad de la justicia.
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